El síntoma dolor tiene la enorme ventaja y el terrible inconveniente de situar el pensamiento ante un fenómeno inmediato, implacable y - muchas veces -, difícil de dilucidar para cualquiera que lo intente.
Nadie quiere tener dolor. Cuando lo sentimos, inmediatamente estamos pensando como liberarnos de él. Es compresible, ya que es desagradable. Pero es justamente en este factor en donde radica su función. Es una alerta, un aviso de “peligro”. Hace que te muevas de manera diferente, que pienses y te comportes de forma distinta, y que busques su resolución. Con este objetivo, decidís consultar a un especialista médico para que haga el diagnóstico correspondiente y te indique cómo tratar la causa del malestar.
Pero, cuando se prolonga en el tiempo, es difícil imaginar que pueda servir para algo útil. Entonces, debemos tratarlo específicamente para eliminarlo.
Ahora bien, ¿Cómo se aborda el tratamiento del dolor en Reumatología? Repasamos las consideraciones más relevantes que debés tener en cuenta.
1. Clasificación general del dolor
• Dolor agudo, causado por una lesión de tejidos. Persiste hasta que el daño que desaparece el daño que lo originó.
• Dolor crónico, el que dura más de 3 meses y puede dejar de ser un síntoma para convertirse en una verdadera enfermedad.
2. Clasificación de los principales tipos de dolor en la Reumatología:
• Dolor mecánico: es el que se produce cuando alguno de los componentes de una o varias articulaciones sufren, por ejemplo, lo que podríamos comparar con el desgaste de las piezas de una máquina o motor.
A más exijamos a las articulaciones afectadas, más aumentará su intensidad. Esto sucede con la cervicalgia (dolor de cuello) o la lumbalgia (el famoso dolor de cintura).
• Dolor inflamatorio: es el dolor característico de las articulaciones inflamadas. En general, es más intenso de mañana y mejora a medida que nos empezamos a mover. Es propio de la Artritis Reumatoidea, entre otras enfermedades.
• Dolor neuropático: es el que se produce por disfunción del sistema nervioso, como mejor ejemplo, el de la Fibromialgia. Generalmente, resulta difícil de tratar.
¿Podés clasificar de alguna de estas formas tu “dolor reumático”? Seguramente si lo analizás un momento, lograrás una aproximación.
3. La intensidad del dolor
No está directamente relacionada con la cantidad de daño que ha sufrido una articulación, un músculo o un ligamento. En realidad, depende de otros factores, vinculados a la persona que lo padezca.
¿Todas las personas sienten el dolor del mismo modo? Definitivamente, no. Te lo contamos con un ejemplo: el dolor por una pequeña lesión en un dedo de la mano en un concertista de piano es diferente al de un bailarín profesional. La amenaza que representa la lesión es mayor para el pianista, y al dolor en sí, se le suma un componente emocional. Es decir, una mezcla de angustia y preocupación por lo que está padeciendo.
También los pensamientos y las creencias influyen en como una persona siente el dolor. De ahí la famosa frase: “Me duele de sólo pensarlo”.
4. Si sentís dolor, consultá a un profesional
Tu médico reumatólogo se encargará de realizar las evaluaciones que permitan encontrar la causa de tu dolor. Esto incluye realizar tu historia clínica, tu revisación médica, análisis y estudios por imágenes de menor a mayor complejidad.
Una vez determinada el origen del dolor, se podrá tratar la enfermedad que lo produce de la mejor manera porque muchísimo se ha avanzado en los últimos 20 años en el tratamiento de las enfermedades reumáticas.
OTRAS NOVEDADES